¿Sabes qué es la prosodia? La usas cada vez que hablas y tiene una función esencial para que se te pueda entender. A continuación, te explicamos detalladamente sus características y otros aspectos complementarios. Y recuerda que puedes dedicarte al sector lingüístico a través del Máster en Corrección de Estilo y Ortotipografía.

¿Qué es la prosodia y para qué sirve?

Se entiende por prosodia lingüística la parte de la gramática que se encarga de enseñar cuál es la acentuación y la pronunciación correcta de cada palabra. Pertenece a la fonología. Sus normas se crean tras estudiar el sonido de cada palabra y su relación con las unidades no segmentales y mayores que el fonema.

Además, se compone de parámetros prosódicos de origen físico. Es decir, se analiza también cada palabra prestándoles atención a factores acústicos y fonéticos, a la frecuencia, a la intensidad y a la duración de cada palabra.

Así pues, podemos concluir que:

  • Esta parte de la gramática se encarga de explicarte cómo debes decir cada palabra. Si estás leyendo usas el acento ortográfico para guiarte, pero también hay rasgos no segmentales que te permiten saber cuál es la sílaba acentuada.
  • La prosodia está presente en tu cerebro cada vez que hablas. De hecho, has aprendido a hablar correctamente gracias a ella.

Tipos de prosodia

Los expertos distinguen dos. Ambos son complementarios e igualmente importantes. ¿Quieres saber cuáles son?

La prosodia lingüística

Es la que se rige por las normas de acentuación y por la propia etimología de cada palabra. Desde que aprendes a hablar, te enseñan cómo debes pronunciar una palabra, cómo acentuarla y cuándo respirar a la hora de leer, por citar algunos ejemplos.

La combinación de los signos de puntuación con tu conocimiento del lenguaje es eficaz para que sigas aprendiendo progresivamente. Para mejorarla, debes leer más, repasar los nuevos términos que se vayan añadiendo al idioma y ampliar tu vocabulario en la medida de lo posible.

La prosodia emocional

También se incluyen en la prosodia los cambios en el tono que usas para hablar. Por ejemplo, si estás preguntando usas uno ascendente, si quieres subrayar tu opinión apuestas por elevar la voz y así sucesivamente.

Por lo tanto, no se trata solo de comunicarte con otra persona enviándole un mensaje, sino también de usar elementos complementarios que le permiten a la otra parte entender mejor qué quieres saber o cómo te encuentras al hablar.

Siempre que emites un mensaje lo haces con un contexto concreto y en un estado emocional que puede afectar a cómo se entienda lo que quieres decir. Para mejorar este tipo de prosodia, es recomendable que te pares a pensar en cómo hablas.

Todos usamos un tono específico al hacerlo pero revisarlo es importante, ya que puede convertir cualquier frase en una orden, en una broma o en algo totalmente distinto a lo que querías decir originalmente. Escúchate para evitar estos problemas de interpretación.

Si quieres mejorarla, te aconsejamos que leas en voz alta, hables en público o te grabes para conocer, realmente, cómo hablas. Seguro que encuentras algunos errores que puedes corregir fácilmente.

Alteraciones de la prosodia

Si bien todo lo anterior se lleva a cabo de forma automática en tu cerebro, hay algunos elementos importantes que debes conocer. La prosodia se compone de:

  • El acento léxico. Es el que te permite distinguir entre palabras con el mismo sonido (como, cómo).
  • El acento enfático. Se usa cuando quieres subrayar una parte de tu mensaje. (Paco es muy listo, te refieres exclusivamente a Paco).
  • La entonación. Permite evitar que tu frase no se entienda bien. (Rosa compra el pan. Puedes decirlo en tono afirmativo, imperativo o interrogativo).

En lo que respecta a las alteraciones de estos tres conceptos, los estudios médicos confirman que pacientes con lesiones en el hemisferio cerebral derecho presentan problemas para poder hablar correctamente. Igualmente, es importante tener en cuenta que hay otras alteraciones que se producen durante el desarrollo cognitivo, como las que ahora te comentamos.

Alteración prosódica

Sucede cuando un niño o niña habla imitando la voz de otra persona y lo hace usando una entonación demasiado forzada. La imitación es un juego que no debe convertirse en norma. Te recomendamos que juegues a imitar voces distintas, pero siempre subrayando que se trata de un juego y que cada niño debe desarrollar su propia forma de hablar.

Ecolalia

Algunos niños repiten la última frase que han escuchado, imitando también su entonación. Hay dos tipos principales:

  • Ecolalia funcional. La repetición de una palabra o frase puede deberse a que no han entendido su significado. Sería recomendable indicarles que es más adecuado comentar que no han entendido la pregunta o la frase que han escuchado en lugar de repetirla.
  • Ecolalia no funcional. Las palabras se repiten pero no porque no se entiendan, sino porque se han convertido en una especie de juego. Suele darse a la hora de repetir el estribillo de una canción o una frase de una campaña publicitaria. Jugar con el lenguaje es positivo, pero no tanto que la costumbre llegue a interferir en la función comunicativa correcta. Puede eliminarse instando a los niños a evitar su costumbre o a limitarla lo máximo posible.

Hablar solo

Hay cierta división de opiniones entre los especialistas. La mayoría opina que es algo positivo, ya que aumenta el conocimiento de la prosodia y facilita que puedas corregirla si escuchas algo incorrecto. Algunos expertos indican que no debería producirse tras haber cumplido seis años.

Otros opinan lo contrario y consideran esta costumbre como muy positiva para poder regular el lenguaje, especialmente ante situaciones estresantes que requieran de algún tipo de destreza. Un buen ejemplo es cuando oyes a un pequeño decir: «ahora pongo la pasta en el cepillo, me cepillo, me enjuago…etcétera». Su función es la de repasar mentalmente los pasos a seguir, por lo que contribuye positivamente al desarrollo cognitivo.

La prosodia es el complemento indispensable para elegir los matices que les quieras dar a tus mensajes. Ahora que conoces su utilidad, estamos convencidos de que le prestarás más atención y que harás todo lo posible por corregir los posibles errores de entonación o acentuación que pudieras cometer al hablar con otras personas.