Flatulencias, pesadez, acidez, hinchazón abdominal… Estos síntomas acostumbran a ser frecuentes después de comidas copiosas y fuertes, como las que disfrutamos en Navidad. Para aliviar estos signos muchas personas recurren a las infusiones digestivas. Y es que muchas de ellas poseen ciertas propiedades que ayudan a reducir el malestar y regular el proceso digestivo, sintiéndonos más ligeros. Si quieres saber qué infusiones digestivas puedes tomarte después del postre, quédate. Además, si te interesan las plantas medicinales y quieres dedicarte a ello profesionalmente, echa un vistazo al Máster Experto en Naturopatía y Dietoterapia.
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La importancia de las infusiones digestivas
La digestión es el proceso que realiza nuestro cuerpo para transformar los alimentos en sustancias que el organismo asimila. Este proceso es uno de los más sensibles y, como consecuencia, podemos padecer flatulencias, acidez, pesadez de estómago o náuseas, entre otras molestias digestivas.
Para aliviar todos estos síntomas, la naturaleza nos ofrece una gran variedad de plantas y hierbas con propiedades medicinales. Por ejemplo, la manzanilla, el boldo, la hierba luisa o la menta son alguna de las plantas digestivas más consumidas. Al infusionarlas, les extraemos sus principios activos, como vitaminas, antioxidantes y otras propiedades, ideales para combatir los molestos síntomas de una digestión pesada.
Para que te hagas una idea, las plantas amargas contienen unos principios activos terpenoides y fenólicos que estimulan el apetito y favorecen la digestión. Un ejemplo de ello son la alcachofa o el cardo mariano. Las plantas digestivas carminativas, como el anís, el hinojo o el cilantro, son ricas en aceites esenciales, ideales para activas la musculatura lisa del tracto intestinal y las vías biliares.
¿Qué hábitos causan una digestión difícil?
Existen algunos hábitos (la mayoría de ellos malos) que hacen que el proceso digestivo se vuelva difícil. Algunos de ellos son:
- Consumir alimentos demasiado grasos, fritos y rebozados en aceites recalentados.
- Ingerir alimentos muy fríos o calientes.
- Cocinar platos muy condimentados.
- Ingesta excesiva de alcohol.
- Falta de masticación.
- Beber bebidas gaseosas o irritantes, como la coca-cola o el café.
- Padecer ansiedad o estrés.
- Horario inestable de comidas.
- Consumo de medicamentos, como corticoides o anti-inflamatorios.
Los especialistas en la materia recomiendan evitarlos o reducir su consumo en la medida de lo posible. De esta manera, verás como tus digestiones se vuelven más ligeras.
Infusiones digestivas para después de comer
La prevención es la mejor arma y se recomienda tomar infusiones para la digestión al finalizar una comida copiosa. Ahora bien, ¿sabes cuál te puede ir mejor? A continuación, te decimos algunas infusiones que te facilitarán la digestión. Toma nota.
Hinojo para combatir los gases
El hinojo aumenta las secreciones gastrointestinales, por lo que es un buen tónico. Además, actúa como calmante intestinal, reduce los gases y estimula los movimientos naturales del intestino.
Manzanilla con anís para aliviar la pesadez de estómago
La manzanilla es una de las plantas más digestivas que hay y es ideal para finalizar cualquier comida. Junto con el anís, ayuda a que no se acumulen gases en el estómago, aliviando la pesadez de este. También actúa como calmante, apaciguando los nervios y combatiendo el insomnio.
Alcachofa para las digestiones lentas
Esta infusión se prepara hirviendo las hojas de la alcachofa y se recomienda para tratar digestiones lentas que provocan flatulencias y pesadez. Además, aumenta la expulsión y fluidez de bilis, por lo que las grasas se descomponen de manera más fácil.
Boldo para digerir grasas
Su consumo previene la pesadez de estómago y facilita la digestión de las grasas. También fortalece las mucosas del estómago y protege el páncreas y el hígado. Además, es un gran diurético.
Hierba Luisa para el dolor de estómago
La hierba luisa es eficaz contra las flatulencias, las digestiones lentas y los espasmos gastrointestinales. También sirve para controlar el estrés y la ansiedad.