Cada día vemos cantidad de información que muchas veces segmentamos solo por la apariencia de lo que vemos. Es imposible prestar atención a todo el bombardeo informativo que nos llega día tras día. Para que no nos aparten en esta segmentación rápida, debemos cuidar la imagen corporativa, un elemento fundamental para diferenciarnos y posicionar la empresa en la mente de los consumidores. Si quieres aprender más sobre el tema, echa un vistazo al Máster en Diseño Publicitario y Comunicación de Marcas.

¿Qué es la imagen corporativa?

La imagen corporativa de una empresa está relacionada con los elementos gráficos y visuales propios de la empresa. Es el sello a través del cual la marca quiere ser identificada y diferenciada por el público. Teniendo en cuenta el entorno tan cambiante de los mercados, es fundamental que las empresas cuenten con una imagen corporativa fuerte, que les permita diferenciarse de la competencia. Un buen diseño de esta, hará que el público recuerde el naming y el producto en sí. En definitiva, la imagen corporativa es el elemento que mejor representa la empresa, ya que es lo que ayudará al cliente a retener la marca. Así que, a través de la imagen corporativa, a parte de plasmar el logotipo, debemos reflejar los valores de la propia empresa.

Cómo crear la imagen corporativa de nuestra empresa

Para desarrollar la imagen corporativa de nuestra empresa podemos crear diferentes elementos:

  • El nombre de la empresa. Es el nombre que causará la primera impresión a nuestros clientes. Es ideal que el nombre sea corto, fácil de recordar y pronunciar, atractivo y diferenciador.
  • El logotipo. Este elemento debe transmitir la esencia de la empresa y es muy importante que sea legible y comprensible. A la hora de diseñar un logotipo debemos tener presente la frase: “Menos es más”.
  • El eslogan. Es la frase con la que pretendes captar clientes para tu negocio. Tiene que reflejar la filosofía de la empresa. Es un elemento que nos ayudará a dar credibilidad, mejorar el recuerdo de marca y potenciar nuestra imagen.
  • La tipografía y colores. Hay que ser muy estrictos con los colores, ya que deben ser los mismos que usa la marca para que veamos la relación. Si mezclamos colores y tipografías que no tienen nada que ver con la marca, debilita la imagen corporativa y perdemos credibilidad.
  • La página web. Es fundamental que contemos con un dominio propio, ya sea el nombre completo de la empresa o una palabra relacionada con los productos que se venden. Además, la página web debe ser fácil de manejar y con conceptos claros.
  • El material corporativo. Es el tipo de comunicación impresa que hace la empresa. Esta transmite sus valores y su identidad a través de tarjetas, catálogos, folletos… Todos estos elementos deben seguir el mismo estilo gráfico para que no haya duda de que se trata de la misma empresa.

Estos son los elementos principales que debemos tener en cuenta a la hora de crear o mejorar la imagen corporativa de nuestra empresa. Si tenemos una imagen fuerte y potente, se posicionará mejor a la mente de los consumidores y esto nos dará futuros beneficios.