Los productos que consumimos tienen una vida limitada, muchas veces condicionada por las mismas empresas que los fabrican. El llamado ciclo de vida del producto está establecido por el mercado, para que dichos consumibles evolucionen desde su lanzamiento hasta la venta. En marketing, este ciclo es el conjunto de etapas por las que pasa un consumible desde su aparición en el mercado hasta su retirada.

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¿Qué es el ciclo de vida del producto?

El ciclo de vida del producto está compuesto por cuatro etapas, que corresponden a la evolución de un producto en el mercado desde su lanzamiento hasta su retirada. En dicho análisis se identifican los factores que afectan a la evolución y a la demanda del producto; así como aquellos elementos que hay que adaptar a las necesidades del consumidor. El ciclo de vida de un producto se divide en cuatro etapas.

1. Introducción

La primera etapa del ciclo de vida del producto es la introducción, el momento de su lanzamiento al mercado. Una vez elaborado el plan de marketing correspondiente, el producto se presenta ante el consumidor. Esta primera etapa se caracteriza por la incertidumbre y el riesgo. A pesar de haber realizado un estudio de mercado previamente, no podemos saber con total seguridad qué recibimiento tendrá el producto. Además, en esta etapa también se generan los costes más elevados, ya que paralelamente se invierte en campañas de publicidad y acciones de marketing variadas.

La demanda suele ser inferior a la oferta. La clave de esta etapa es definir y trabajar el posicionamiento del producto. Posteriormente, hay que investigar la respuesta del mercado hacia este, por si fuese necesario reorientar las estrategias.

2. Crecimiento

Durante esta fase, el producto se posiciona en el segmento de mercado definido y empieza a ser aceptado por los consumidores. Las ventas y los beneficios, por norma general, empiezan a aumentar. La competencia, por otro lado, no suele ser elevada. Si aparecen competidores, estos también intentarán diferenciar su producto y construir el posicionamiento de su marca.

3. Madurez

Se considera que un producto se encuentra en su madurez cuando este ha alcanzado la cima en cuanto a cuota de mercado se refiere. Esta es la etapa más amplía de todo el ciclo de vida del producto. Las ventas aumentan a un ritmo más lento y decreciente, hasta que se estabilizan y, posteriormente, empiezan a detenerse.

La competencia en esta etapa está presente en gran medida. Esto nos conduce a la necesidad de elaborar estrategias competitivas que contemplen elementos más allá del precio. Por ejemplo, debemos identificar aquellos factores que son importantes para el consumidor y potenciarlos. Por otro lado, también podemos plantear nuevas propuestas e innovaciones que vuelvan a convertir nuestro producto en algo deseable.

4. Declive

Esta es la etapa que culmina el ciclo de vida del producto. Ninguna empresa quiere que sus productos o servicios lleguen a desaparecer, ya que las ventas disminuyen gradualmente hasta apenas haber. Esto puede ser a causa de la aparición de productos semejantes pero más innovadores, propuestas más atractivas o soluciones más rentables.

Los beneficios se pueden convertir en pérdidas. Sin embargo, podemos tomar ciertas medidas para que esto no ocurra. Una retirada a tiempo, por ejemplo, a veces es una victoria. Si las previsiones de mercado y el análisis de producto realizado muestran que hay pocas posibilidades de reanimar al producto (o ninguna posibilidad), es mejor retirarlo.

Finalmente, se realizará una planificación posterior donde se analicen diversas alternativas; reemplazar el producto o modificarlo para relanzarlo al mercado son algunas de ellas.