¿Sabías que en la antigüedad el abrigo determinaba si pertenecías a la clase alta de la sociedad? Antes de su uso común para proteger del frío, llevar abrigo permitía distinguir a qué clase social pertenecías. Los tipos de abrigos han evolucionado considerablemente desde sus orígenes, pero casi siempre han mantenido su función principal: proteger del frío. A continuación, descubre la historia del abrigo a través de los siglos y los tipos de abrigos que existen. Y recuerda que puedes profesionalizarte en el sector de la moda y el estilismo a través del Máster en Asesoría de Moda + Máster en Personal Shopper. ¡Síguenos!

Historia del abrigo

Establecer el origen del abrigo es difícil. Quizá deberíamos remontarnos a nuestros antepasados de las cavernas que se abrigaban con grandes abrigos confeccionados con la piel de animales muertos. De la prehistoria se produce un salto a la Antigua Roma. Allí, aparece por primera vez la prenda de abrigo como señal de distinción. Los ciudadanos libres se envolvían en la clásica toga romana para distinguirse de los esclavos.

En la Edad Media, en las ciudades europeas del norte, se puso de moda la hopalanda, una larga y pesada túnica que vestían las clases altas de la sociedad. El resto de la ciudadanía se abrigaba con lo que podía: vestimentas de tejidos vastos y pieles para soportar los crudos inviernos.

Saltamos al Barroco español en el siglo XVII. El Imperio español imponía también sus modas de vestir. La prenda más usada de la época era el ferreruelo. Hombres y mujeres vestían esta capa que cubría hasta el cuello y no llevaba mangas. Únicamente tapaba los hombros, el pecho y la espalda. Se solía llevar sobre el clásico jubón.

Durante el siglo XVIII, Francia comienza a dictar la moda europea. Durante el período rococó, se pone de moda la casaca para el hombre. La mujer sigue llevando capas de estilo ferreruelo adaptadas a las nuevas modas que aparecen durante el Neoclasicismo. El siglo XIX establece la vestimenta tradicional masculina que todavía perdura: el traje de tres piezas cubierto con un abrigo hasta la rodilla. El largo del abrigo sería la única variante de las distintas modas cambiantes de estos siglos posteriores.

El siglo XX constituye un cambio notable en la moda femenina y masculina. Los precios de las telas se reducen considerablemente y la prenda de abrigo se “democratiza”. Los tiempos en que solo las clases pudientes podían abrigarse en invierno quedan atrás. Los años veinte marcan una evolución singular, sobre todo en la moda femenina. Se ponen de moda los abrigos largos con remates en piel o terciopelo en el cuello. Las mujeres comienzan a vestir con piezas de estilo masculino: las clásicas gabardinas y abrigos que imitan el corte de los uniformes militares. Esta tendencia se prolongará hasta los años cuarenta.

Durante las décadas de los cincuenta, sesenta y setenta la evolución del abrigo no está muy marcada. Se mantienen los abrigos largos, sobrios y de líneas rectas. Cinturones anchos, botones grandes o cuellos y mangas con lana de oveja son algunos de los elementos que se añaden en distintas épocas.

Los años ochenta suponen un cambio llamativo. Se introducen nuevos tejidos como el poliéster o el nylon. Los abrigos se hacen más ligeros y se diseñan con colores llamativos. Comienzan a llevarse abrigos para la nieve o para esquiar como prenda urbana. Los noventa suponen un retorno a estilos clásicos y sobrios. Y, en la actualidad, el abrigo es una de las piezas más versátiles que existen. Las tendencias se combinan mezclando estilos, tejidos y opciones. Pero siempre con una función imprescindible: abrigar del frío.

Tipos de abrigos para el invierno

Entre los diferentes tipos de abrigo, tanto femeninos como masculinos, que puedes encontrar, destacan:

Abrigo marinero o Peacot

El abrigo cruzado o marinero es un clásico con más de un siglo de historia. En su origen lo utilizaban como prenda de abrigos los marineros de alta mar. Se inspira en el estilo marinero de botones frontales y corte por la rodilla. Los colores clásicos son el azul marino o negro. Está fabricado con lana y tiene un sistema de doble botonadura para aislar mejor del frío. El abrigo marinero es una pieza versátil que funciona con un estilo urbano o más elegante.

Parka

Este tipo de abrigo es un imprescindible en cualquier armario. La parka clásica de color verde es perfecta para los días de frío de invierno. Gracias a su diseño con tejidos de tipo técnico, conserva el calor corporal y sirve para protegerse del viento y de la lluvia. En la actualidad, se combina con todo tipo de looks: desde urbanos hasta deportivos.

Anorak acolchado

El clásico de plumas es otro abrigo muy versátil. Comenzó como prenda imprescindible para la nieve. Pero, en la actualidad, es una prenda habitual durante los meses de invierno. Su interior está forrado con relleno de plumón, de mayor o menor calidad, que protege de manera perfecta contra el frío. Hoy en día se fabrica con tejidos muy diversos que lo convierten en una pieza ligera, cómoda y protectora. Incluso se puede llevar con un jersey fino debajo.

Trench

La gabardina clásica sigue manteniéndose como una pieza imprescindible a lo largo de los años. Ha ido evolucionando, pero sigue manteniendo su espíritu clásico. Los nuevos modelos de trench se fabrican con materiales que aíslan mejor del frío y lo convierten en una pieza perfecta para los días de invierno.

Cazadora

Tiene su origen como prenda militar. Pero, a partir de los años setenta, se convirtió en prenda urbana. Desde la clásica de estilo bomber, que combina con todo, hasta la más elegante de piel de napa, la cazadora se caracteriza por admitir cualquier estilo. Los nuevos modelos se fabrican en materiales como poliéster, tejido técnico o vaquero.

Este ha sido un repaso por algunos de los tipos de abrigos que son imprescindibles para llevar en los meses de invierno. Sea del tipo que sea, la función principal del abrigo es protegerte del frío y del viento durante el invierno. Pero, además, es una pieza de moda que puedes lucir con distintos estilos: urbano, elegante, deportivo, etc. Una pieza muy versátil que combina con todo.